Y ahí recibí el diploma. El diploma en el que dice que finalice mis estudios secundarios. Y si, es increible la mezcla de sentimientos que sentí, y que sigo sintiendo.
Antes que nada,
tristeza, y todos sus sinónimos. Tristeza de que se termine esta etapa, de dejar lo conocido, de no volver a vivir cosas como las que viví...
Pero también, estoy llena de
alegría y orgullo al ver todo lo que logré en estos 12 años que pasé ahí. Los logros, las amistades, los reconocimientos. Veo mi vida en la escuela y veo todos esos momentos hermosos e inolvidables que tuve. Las risas, las bromas, los líos, las charlas, los viajes, las salidas, los actos, la Comunión, la Confirmación.. obvio que también hubo momentos tristes y dificiles, peleas, discusiones, el fallecimiento de Lidia, los últimos cambios horribles, la pérdida de Laura y Estela... Pero sin duda lo más lindo que me llevo son los amigos que hice, y que voy a conservar para siempre. La familia de corazón que forme, porque muchas de las que en algún momento fueron mis profesoras ahora son mis amigas, son
mi familia del alma. Porque siempre me sentí cuidada, protegida por muchas de ellas. Siempre que estuve mal ellas estuvieron ahi defendiendome a mi, cuidandome, aconsejandome, protegiendome como si fuera su hija. Y se que van a seguir estando ahi para lo que las necesite, y eso me llena de felicidad.
Terminé otro capítulo más de
mi historia, uno muy importante y significativo. Ahora
se viene el gran cambio. Da un poco de miedo, pero se que va a estar todo bien y que cuando necesite volver a la escuela, voy a poner música y voy a entrar en todos los
fabulosos recuerdos que quedan en mi corazón y que voy a guardar toda mi vida.
